09 octubre 2020

¿Acción de gracias en el 2020? Pues sí. Y alabanza, por Inés

Llevaba varios días pensando en retomar el blog bajo el título "¿Acción de gracias en el 2020?". Acabo de saber que una hermana en Cristo ha fallecido por COVID. Y, a pesar del dolor, me lanzo a esta acción de gracias. Y sí, también, a la alabanza al Señor.

Conocí a Inés cuando me incorporé por primera vez a un grupo de oración de la Renovación Carismática. De ella aprendí cómo es una persona carismática de pura cepa, cómo vivir anclada en la alabanza y en la Palabra de Dios. Aprendí de su ejemplo el servicio entregado, sin mirarse a uno mismo, y mantener la alabanza en todo momento a pesar del cansancio. Pude poner en práctica los conocimientos que tenía de liturgia sirviendo a su lado en las asambleas, pero el amor que tenía por todo lo que "tocaba" al Señor es algo que no se aprende en las clases. Su amor por el Señor Eucaristía era... tan grande... 

Y aprendí a interceder a base de orar con ella. Recuerdo nuestras largas charlas telefónicas que siempre acababan con Inés orando por mí y abriendo la Biblia para darme una Palabra. Otro de sus grandes amores: la Palabra se hacía vida en sus manos y en sus labios en todo momento. Me encantaba ver aquella Biblia viejita, super usada y subrayada suya. Y pensaba: yo quiero estar tan enamorada como ella de tu Palabra, Señor. Y orar tanto con ella que sea parte de mi lenguaje. Porque lo suyo no era fruto de estudios, sino de vida y oración.

Hace unos días celebramos las Témporas de acción de gracias y de petición, un regalo como todo lo que nos propone nuestra Madre Iglesia (si quieres conocer un poco más sobre el origen y sentido, puedes consultar este enlace: Las Témporas)

Con todo lo que estamos viviendo, para muchos puede ser difícil encontrar motivos para dar gracias. Tal vez sí para pedir, ¿pero dar gracias también, con la que está cayendo...? 

Creo que todos, de un modo u otro, hemos sufrido (y algunos mucho) en este 2020. Y aún no ha acabado, dirán algunos... Pero no puedo evitar que algo se "revuelva" en mí cada vez que veo un mensaje en el que se dicen cosas como:

"Querido Dios, ¿podrías, por favor, desinstalar y volver a instalar el 2020? ¡Tiene un virus!"

"Yo del 2020 quiero ver el trailer primero"

"Una cosa buena que me ha pasado en el 2020... no recuerdo ninguna..."

Cierto que algunos son graciosos, pero cuando los veo me pregunto: si soy cristiana, ¿dónde está mi fe en Dios y su mano providente en todo lo que ocurre? Porque en ellos no veo más que queja por lo que llevamos vivido este año. 

¿Y la acción de gracias? Porque el Señor no ha dejado de obrar en nosotros y en los que nos rodean (si le hemos dejado)

Estamos en octubre. Aún quedan unos meses para acabar este 2020. ¿Cómo los vamos a vivir: desde la queja o desde la acción de gracias viendo la mano de Dios sosteniéndonos en todo momento?

Yo me quedo con lo segundo. Inés me enseñó a vivirlo así y quiero ser digna de las enseñanzas de mi maestra y madre en la Renovación. Porque ella "me dio a luz" para la Renovación. Con su ejemplo vivo y con todos los retiros a los que me mandaba ir cuando era mi servidora para que me formase, de cara a servir yo también algún día.

Gracias, Señor, por la vida de Inés. Para todos los que la hemos conocido, sabemos que ha sido un regalo de tu Misericordia. Te alabo y te bendigo por ella, por su vida, por sus enseñanzas, por su servicio, por su testimonio, por su anhelo de evangelizar para que todos te conocieran, por su apasionado amor por Ti, Señor... y por su alabanza, siempre su alabanza, y ahora por toda la eternidad.

Gracias, Inés, por tanto. El Amado te ha llevado con Él. Qué feliz estarás...