24 marzo 2021

“Alguien que os quiere bien”

Acudamos a san José con confianza en nuestras necesidades. Un par de historias que nos ayudarán a hacerlo.

«A comienzos de febrero, cuenta una comunidad de religiosas de Estados Unidos, nosotras habíamos colocado junto a la estatua de san José, en el vestíbulo de la entrada, la foto de un pequeño coche con una nota explicativa de nuestra necesidad. Llegó marzo sin traer respuesta... pero el miércoles de la última semana un señor llamó por teléfono, diciendo que quería regalarnos un coche. Preguntaba si una hermana podía acompañarlo al comercio, a fin de traérselo a nuestro convento. Cuando el vendedor presentó el coche en cuestión, era exactamente el modelo representado en la foto: ¡un pequeño Ford azul oscuro!

La bendición del vehículo tuvo lugar algunos días más tarde y vamos a hacer celebrar una Santa Misa de acción de gracias en honor de san José. ¿No había sido él, en cierto modo, el que había "firmado" su respuesta?»

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«La colecta habitual del mes de septiembre en Kerala debió ser suspendida ese año, cuentan las Hermanitas de los Pobres de una casa del sur de la India. Ellas acudieron a san José con gran fervor, y esa inmensa confianza que comparten todas las Hermanas de la Congregación, pidiéndole que les solucionara ese problema, porque la gente de este Estado aprecia la obra en favor de las personas de edad y es muy generosa.

Apenas había sido tomada la decisión, nuestro buen santo comenzó a enviarles sorpresas. Una de las más inesperadas fue una ofrenda de 1.500 dólares, de parte de una persona desconocida de las religiosas.

Algún tiempo después, otra persona, que no había oído hablar jamás de la Congregación, realizó la venta de un terreno en condiciones ventajosas. Hablando con un funcionario de Kotagir, ciudad bastante alejada de la de las Hermanas, expresó su deseo de hacer algo por los pobres. Este funcionario, que antes había trabajado en la ciudad de las religiosas, le dijo que conocía una institución en la cual su contribución sería bien utilizada. El bienhechor las visitó sin dar razón de su presencia allí. Muy impresionado por los residentes y por todo lo que había visto, puso en manos de la Madre Superiora, en el momento de despedirse, un cheque de 750 dólares. Como ella le preguntaba a nombre de quién debía hacer el recibo, él respondió: “Alguien que os quiere bien”».

(del libro "Id a José" de la Abadía San José de Clairval: https://www.clairval.com/index.php/es/)