¿Te has enterado? Sí, sí, hay un "tesoro escondido" en el Cerro de los Ángeles.
¿Y dónde?, te preguntarás. -Solo tienes que seguir las señales...
¿Y quién me puede indicar dónde están las señales? -¡Justo, esa es la pregunta clave!
Algunos te dirán: "Los chalecos rojos". Otros: "Los del cartelito colgado al cuello". Otros: "Acércate a la tienda, que seguro te lo dicen".
Y todos tienen razón, porque bajo nombres tan dispares se reúnen LOS VOLUNTARIOS DEL CERRO DE LOS ÁNGELES.
Ellos te mostrarán las señales para encontrar el "tesoro escondido" del Cerro...y que no está tan escondido. Unos, en la tienda (esa pequeña casetita con tejado verde); otros, ayudándote para que el tráfico con tu coche y el de los demás sea fluido; otros, mostrándote como buenos guías las bellezas que todos los rincones del Cerro atesoran (en la Ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles, en el convento de las Carmelitas, en el antiguo monumento, en la Basílica bajo el nuevo... y alguna sorpresita más); otros, acompañándote durante las celebraciones eucarísticas; otros... (es que hacemos muchas más cosas...)
Y todas esas señales te llevarán al Tesoro...
Por pura Misericordia soy voluntaria del Cerro desde la primera convocatoria que se nos hizo de cara a la preparación del Centenario en el año 2019. Y solo puedo decir que he recibido bendición tras bendición en todas las tareas que se me han encomendado, y que han sido y son de lo más variado. En todas ellas he encontrado el TESORO... EL CORAZÓN DE CRISTO, que late con un Amor que le llevó a la locura de la cruz por mi Salvación... Y por la tuya... Y allí, en el Cerro, se experimenta este latir de una forma muy especial. Porque el Cerro de los Ángeles es uno de los hogares que el Corazón de Cristo ha escogido para sí.
Este año, entre otras labores, tengo el regado de acompañar una misa semanal. Somos casi siempre los mismos los que acudimos a esa cita y me resulta entrañable ir conociendo sus rostros. En especial el de un hombrecillo mayor que, a pesar de sus dificultades físicas para andar, es fiel semana tras semana. Y si no le veo me preocupo...
Porque en el Cerro de los Ángeles uno vive en familia: la familia de los voluntarios y la familia de aquellos a los que servimos por amor a ellos y al Corazón de Cristo.
El próximo 26 de marzo tendremos un ENCUENTRO DE VOLUNTARIOS del Cerro... en el Cerro, no podía ser en otro lugar mejor. Os invito a acompañarnos en esta jornada mañanera y conocer a nuestra familia. Y si no puedes ir, acércate cualquier otro día y pregunta a uno de los voluntarios. O contacta a través del teléfono del cartel. El Corazón de Cristo no cesa de llamar a su servicio. La recompensa es enorme: ÉL MISMO, Él es el TESORO que te espera en cada rincón. ¿Seguro que no te llama a ti?
Y si piensas que no tienes mucha experiencia o capacidades, ¡déjate sorprender! Hay tal variedad de tareas que seguro encontrarás tu sitio.
Atrévete a decirle "sí" al Corazón de Jesús. ¡No te arrepentirás!