14 julio 2021

Humildad y virginidad

«Si san José tenía cuidado de mantener guardadas sus virtudes bajo el amparo de la santísima humildad, tenía una solicitud particular para esconder la preciosa perla de su virginidad; es por eso por lo que consintió en casarse, a fin de que nadie pudiera saberlo, y para que bajo el santo velo del matrimonio pudiera vivir más oculto.

De ahí se desprende que las vírgenes y aquellos que quieran vivir castamente conocen que no es suficiente ser vírgenes, si no son humildes y no encierran su pureza en el vaso precioso de la humildad, porque de otra manera, les sucederá como a las vírgenes necias, las cuales, faltas de humildad y de caridad misericordiosa, fueron expulsadas de las bodas del Esposo, y al partir fueron obligadas a ir a las bodas del mundo, donde no se observa el consejo del Esposo celestial que dice que hay que ser humilde para entrar a las bodas, quiero decir, que hay que practicar la humildad: “Y así nos lo indica, al ir a las bodas, o al ser invitados a las bodas, ocupad el último lugar”.

En consecuencia, vemos cuán necesaria es la humildad para la conservación de la virginidad, puesto que indudablemente nadie entrará en el banquete celestial y en el festín nupcial que Dios prepara a las vírgenes en la morada celestial, si no viene acompañado de esta virtud de la humildad.

No se tienen los objetos preciosos, sobre todo los ungüentos fragantes, al aire; porque además de que los ornas se disiparían, las moscas los dañarían, y les harían arder su precio y su valor. Lo mismo ocurre con las almas santas, las cuales, por temer perder el precio y el valor de las buenas obras, las encierran ordinariamente en un vaso pero no en un vaso común como sucede con los ungüentos celosos, las ponen en un vaso de alabastro (como el que santa Magdalena derramó o vació sobre la cabeza sagrada, Nuestro Señor).

Ese vaso de alabastro es, pues, la humildad, en la cual debemos, a imitación de Nuestra Señora y de san José, guardar nuestras virtudes y todo lo que nos hace dignos de la estima de los hombres, contentándonos con agradar a Dios, y permaneciendo bajo el velo sagrado del aprecio de nosotros mismos, esperando que Dios, al venir a llevarnos al lugar seguro, que es la gloria, haga Él mismo brillar nuestras virtudes para su honor y gloria.

Pensemos hasta qué grado de virtud llegó san José en virginidad, en esta virtud que nos asemeja a los ángeles, si la Santísima Virgen no fue solamente virgen completamente pura y totalmente blanca, sino que Ella era la virginidad misma. Pensemos que aquel que fue desinado por el Padre Eterno como guardián de su virginidad, o, mejor dicho, como compañero, puesto que Ella necesitaba ser protegida por nadie que no fuese Ella misma, debía ser muy grande en esta virtud.

Los dos habían hecho voto de guardar la virginidad durante toda su vida, y he aquí que Dios quiere que estén unidos por el lazo de un santo matrimonio, no para hacerlos desdecirse ni para que se arrepientan de su voto, sino para volver a confirmarlos y fortalecerse el uno al otro en la perseverancia de su santa empresa; es por eso por lo que hicieron nuevamente el voto de vivir virginalmente juntos todo el resto de sus vidas.

Así, pues, muy al contrario de que José fuera puesto más alto que Nuestra Señora para hacerle romper su voto de virginidad, él le fue dado a ella por compañero, y para que la pureza de Nuestra Señora pudiera ser preservada más admirablemente en su integridad bajo el velo y la sombra del santo matrimonio y de la santa unión en que vivían.

Si la Santísima Virgen es una puerta, dice el Padre Eterno, nosotros no queremos que sea abierta; porque es una puerta Oriental, por la cual nadie puede entrar ni salir: al contrario, hay que protegerla y reforzarla con madera incorruptible, es decir, darle un compañero en su pureza, que es el gran san José, el cual para tal misión debía aventajar a todos los santos, aun a los mismos Ángeles y Querubines, en esta virtud tan recomendable de la virginidad (San Francisco de Sales)».

(del libro "Id a José" de la Abadía San José de Clairval: https://www.clairval.com/index.php/es/)