El 15 de agosto del año
2005 el Papa Benedicto XVI concedió una entrevista a Radio Vaticana, en el ámbito
de la Jornada Mundial de la Juventud. En ella afirmaba lo siguiente:
“Quisiera mostrarles lo
bonito que es ser cristianos, ya que existe la idea difundida de que los
cristianos deban observar un inmenso número de mandamientos, prohibiciones,
principios, etc., y que por lo tanto el cristianismo es, según esta idea, algo
que cansa y oprime la vida y que se es más libre sin todos estos lastres.
Quisiera en cambio resaltar que ser sostenidos por un gran Amor y por una
revelación no es una carga, sino que son alas, y que es hermoso ser cristianos.
Esta experiencia nos da amplitud, pero sobre todo nos da comunidad, el saber
que, como cristianos, no estamos jamás solos: en primer lugar encontramos a
Dios, que está siempre con nosotros; y después nosotros, entre nosotros,
formamos siempre una gran comunidad, una comunidad en camino, que tiene un
proyecto de futuro: todo esto hace que vivamos una vida que vale la pena vivir.
El gozo de ser cristianos, que es también bello y justo creer”.
Vivimos nuestra fe como si
fuéramos “agentes secretos”. Con miedo de dar razones de nuestra alegría y esperanza.
Con miedo a ser distintos en medio de lo que nos rodea. Con ataduras que nos
impiden vivir la libertad de los hijos de Dios, como si tuviéramos que pedir
perdón por conocer a Cristo crucificado y resucitado. Con una mentalidad
reduccionista y negativa, que usa frases como: “huy, si tuviera más fe” o “huy,
yo cristianito de a pie, yo nunca seré santo”.
¿Qué necesito que Cristo expulse
de mi vida para mostrar el gozo de ser cristiano? ¿Qué necesito que Cristo
cambie en mis pensamientos para tener una mentalidad de victoria, con una
confianza absoluta en el Amor y la Misericordia de Dios? ¿Cuáles son las cargas
que me impiden desplegar mis alas y volar hacia la santidad?
Entra, Señor, en el templo
de mi cuerpo, edifica una nueva vida en mí y llévame más allá…
Canción: “En mi Getsemaní"
Autor: P. Eduardo Meana