09 enero 2017

TESTIMONIO - Que los médicos se maravillen de tus prodigios

Seguimos con nuestra nueva serie TESTIMONIOS.

Hoy compartimos el testimonio de Diego Carvajal, actor, ex-presentador de televisión, profesor de actores, cantantes y predicadores... cuya hija fue sanada por el Señor.


EL SEÑOR LO NECESITA

¡Qué alegría! No os podéis imaginar qué alegría sentimos de saber que un niño venía de camino. Llevábamos sólo unos meses casados y mi mujer ya estaba encinta. No nos importaba no tener una casa grande, ni empleo estable. Nuestro amor lo habíamos puesto al servicio de Dios y Él nos daba este regalo. En secreto consagré este niño al Señor. "Este niño nuestro es tuyo, Señor".

Y llegó el momento de la primera ecografía, el 19 de octubre. "Bueno - dice la doctora - tiene pliegue nucal positivo y alto. ¿Has pensado hacerte una amniocentesis?". "No", responde mi mujer, "si no es necesario no queremos hacerla por los riesgos que conlleva para el niño".

"Pues yo te recomiendo que te la hagas porque este niño viene con síndrome de Down o alguna otra anomalía cromosómica y cuanto antes lo sepas, antes podrás decidir, que aún estáis a tiempo".

"¿Nos está hablando de abortar?". Os podéis imaginar cómo nos sentíamos. Todo nos daba vueltas, iba demasiado deprisa. Otra doctora le practicó a mi mujer un "screening", prueba determinante para conocer el Síndrome de Down. Dio positivo. Enseguida nos habló de "interrumpir voluntariamente este embarazo...". Al llegar a casa cogí los Evangelios, le pedí a Dios una palabra en la que me explicase qué estaba ocurriendo. Y me dijo: "El Señor lo necesita...". Fui a donde estaba mi mujer y le dije que no entendía por qué necesitaba Dios esto de nuestro hijo, pero que teníamos que decir sí como María.

Un ginecólogo privado certificó que el pliegue nucal había aumentado de 4,7 a 5,4 milímetros. Además, fueron detectadas dos manchas en el cerebro que "pueden borrarse o convertirse en hidrocefalia". Esto en un niño con Síndrome de Down significaba que "podría morir al nacer, tener diversas cardiopatías... o ser un niño adorable y extremadamente cariñoso... Pero sufren mucho y sufren sus padres... Sois jóvenes... Podréis tener más niños... Esto no es más que un accidente". ¿Mi hijo un accidente? Otra vez nos hablaban de abortar.

El 24 de octubre fuimos a una Misa con oración de sanación celebrada por el sacerdote dominico Jaime Burke. Fuimos a verle y le contamos lo que nos ocurría. Humildemente le rogamos que rezara por nosotros y por el niño. "Muy bien"; nos dijo, "pon las manos sobre el vientre de tu esposa". Nos abrazó y entre otras palabras dijo: "Que en la próxima revisión, los médicos se maravillen de tus prodigios, Señor". Tras aquella oración sentimos muchísima paz.

El 30 de octubre, en la siguiente prueba, varios hermanos estaban orando por nosotros. Yo también me puse a rezar: "Hágase tu voluntad, Padre, pero una palabra tuya, una mirada...y mi hijo sanará". Cuando se abrió la puerta, salió mi mujer riéndose y dijo: "Los médicos no se lo explican, pero ha desaparecido el pliegue nucal y las manchas en el cerebro. El niño está perfectamente. Me han hecho una segunda ecografía porque no entendían lo que estaba pasando".

Dios necesitaba a mi hijo para hacer sus prodigios, para que los médicos se maravillasen, para que brillase su Gloria, para que los creyentes le adoremos, para que CONFIEMOS EN ÉL, para que le demos GRACIAS, para que le cantemos eternamente: "Gloria a Ti por siempre, por siempre, por siempre. Amén. ALELUYA".


Canción: No tengas miedo
Autor: Hmna. Glenda
https://youtu.be/-6B2DRSL0EU?list=PLIquW9Q_oS0AO0zgv5MK2_C1q_4mSB_Dd