11 junio 2018

Hoy quiero ser el hijo mayor de la parábola...

Hoy quiero ser el hijo mayor de la parábola del Hijo Pródigo (o del Padre Misericordioso) (Lucas 15, 11-32)

Sí, hoy quiero ser ese hijo, pero de un modo nuevo. Con la novedad que siempre nos regala Dios para nuestra vida por medio del Espíritu Santo.

Quiero estar tan cerca del Corazón del Padre que sienta su mismo dolor por el hijo que desconoce su Amor y se marcha de Casa. Y así, tan cerca, ser partícipe de su mismo dolor y ser para Él fuente de ternura y consuelo. Porque el Señor busca consoladores pero no siempre los encuentra...

"El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco. Espero compasión, y no la hay, 
consoladores, y no encuentro ninguno" (Salmo 69, 21)

Quiero ser corazón intercesor junto al Corazón del Padre, con María, la Madre, que siempre ora e intercede por sus hijos para que vuelvan a Casa; para que recuerden dónde se halla su dignidad de verdaderos hijos, dónde hallarán la felicidad que tanto buscan en lugares donde no pueden hallarla...

"Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de Aguas Vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen" (Jeremías 2, 13)

Quiero estar con el Padre a la puerta de la Casa esperando, esperanzada, para ver, aun cuando estén todavía lejos (cfr. Lucas 15, 20), a mis hermanos alejados, a mis hermanos pródigos, que vuelven a Casa. Y correr, con Él y como Él, con el corazón conmovido a su encuentro y ser testigo de ese abrazo reparador, sanador, misericordioso, que tiene prisa por restituir el mejor vestido (cfr. Lucas 15, 22) de ese alma que vuelve a Casa. ¡Y celebrar la fiesta de la eterna Pascua!

"¡En Ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! Repitan sin cesar:
¡Grande es el Señor!, los que aman tu salvación" (Salmo 40, 17)

Y quiero escuchar al Padre que me dice: "Hija, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo" (cfr. Lucas 15, 31). Y sentir que mi corazón se inunda de gozo... Sí, Él siempre está conmigo y yo siempre estoy con Él. Y todo lo suyo (todo su Corazón, su Amor, su ternura, su Misericordia... hasta su misma vida eterna) son míos. ¡Míos... y para siempre!

Todos somos hijos pródigos... todos somos hijos mayores... 
¿Qué lugar escoges hoy junto al Corazón del Padre?

Canción: Todo lo espero de Ti
Música y letra: Pablo Martínez
Artistas invitados: Athenas Vénica y Tobías Buteler.