27 junio 2018

Pequeñas ideas para la oración (2ª parte)

En la anterior entrada nos quedamos mirando y sonriendo a Jesús, y dejándonos envolver por su sonrisa.

Otra cosilla que me enseñó la Madre es a PERMANECER con la mirada EN LA MIRADA DE JESÚS. No rehuirla.

Nos cuesta mucho dejarnos mirar a los ojos, ¿verdad? Nos sentimos a veces incómodos y apartamos la mirada. Por tantos motivos... Puede que no queramos que vean lo que llevamos en lo más profundo. O puede que tengamos miedo de lo que podamos ver en la mirada de los otros...

Pero, en mi experiencia, no hay nada como dejar que otro que te quiere te mire y te sostenga la mirada. Es una experiencia preciosa de sentirse profundamente amados.

María me enseñó a dejar que su Hijo penetre con su mirada totalmente mi ser. Dejar que se pose en mi corazón, en mi mente, en mi historia. Dejar que sus ojos recorran con Misericordia todo lo que llevo conmigo, desde mi rostro y mi cuerpo, a mis alegrías, mis preocupaciones, mis sueños...

Dejar que pose su mirada cálida en todo ello y me enseñe a mirarlo como Él lo mira. Con confianza, con esperanza, con ternura, con alegría...

Dejar que me dé una nueva mirada sobre mi vida, sobre los que van conmigo en ella, sobre aquellos con los que me encuentre, sobre la humanidad y la Creación entera...

Dejémonos mirar por Jesús. ¿Qué tenemos que perder? Nada. ¿Qué tenemos que ganar? TODO.


Canción: Mírame otra vez, Jesús
Autor: Javier Reyes M.
https://youtu.be/3txjcMNGz2Q



25 junio 2018

Pequeñas ideas para la oración

A veces mis alumnos me preguntan cómo orar. En otras ocasiones, han sido personas adultas las que me han preguntado cómo hacerlo.

Y esas preguntas las he presentado en mi propia oración, pues es el Espíritu Santo el que nos enseña a orar como conviene (cfr. Romanos 8, 26).

Hay muchos métodos de oración que se pueden encontrar en libros y en internet. Los santos son una fuente de sabiduría por su propia experiencia orante. Y también contamos con la ayuda inestimable de la Virgen María. Ella, como buena Madre y Maestra, nos enseña a ser discípulos de su Hijo a su imagen, discípula predilecta.

De su mano, os comparto algunas pequeñas ideas que la Madre me ha dado durante mi propia oración sobre cómo debo acercarme a su Hijo, sobre todo ante el sagrario o cuando está expuesto para la adoración. Son sólo eso, pequeñas ideas. No pretenden ser un tratado de oración ni un único camino que recorrer. El Señor es el más interesado en que tengamos una relación de intimidad con Él. Así que lo mejor es dejarle hacer a Él...

Lo primero que me dijo la Madre es QUE SONRÍA. Voy a un encuentro cara a cara con Jesús. Y Él no me quiere con cara larga y preocupada, metida en mí misma y en mis problemas. Sino que quiere que acuda con confianza, que le sonría agradecida por el regalo del encuentro, y que después le vaya contando y depositando en su Corazón todo lo que hay en el mío. Darle todo lo mío para que después Él me pueda dar de lo suyo, con abundancia, con Misericordia...

Llegar al encuentro sonriéndole... y, al cruzar nuestras miradas, ver que Jesús también me está sonriendo. Y entonces mi sonrisa será más amplia, más dulce, porque será reflejo de la Suya en la mía.

Jesús me ama con locura. Más que nadie. Como dijo el Papa Francisco, "muchas veces los cristianos tienen más cara de ir a un funeral que de ir a alabar a Dios" (homilía en la Casa de Santa Marta, 31/05/2013). El Señor nos espera sonriendo. ¿Vamos a ir a su encuentro con cara de funeral?


Canción: Quiero verte sonreír
Autor: Comunidad María Mediadora
https://youtu.be/Xs_qG0d4CT0






11 junio 2018

Hoy quiero ser el hijo mayor de la parábola...

Hoy quiero ser el hijo mayor de la parábola del Hijo Pródigo (o del Padre Misericordioso) (Lucas 15, 11-32)

Sí, hoy quiero ser ese hijo, pero de un modo nuevo. Con la novedad que siempre nos regala Dios para nuestra vida por medio del Espíritu Santo.

Quiero estar tan cerca del Corazón del Padre que sienta su mismo dolor por el hijo que desconoce su Amor y se marcha de Casa. Y así, tan cerca, ser partícipe de su mismo dolor y ser para Él fuente de ternura y consuelo. Porque el Señor busca consoladores pero no siempre los encuentra...

"El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco. Espero compasión, y no la hay, 
consoladores, y no encuentro ninguno" (Salmo 69, 21)

Quiero ser corazón intercesor junto al Corazón del Padre, con María, la Madre, que siempre ora e intercede por sus hijos para que vuelvan a Casa; para que recuerden dónde se halla su dignidad de verdaderos hijos, dónde hallarán la felicidad que tanto buscan en lugares donde no pueden hallarla...

"Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de Aguas Vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen" (Jeremías 2, 13)

Quiero estar con el Padre a la puerta de la Casa esperando, esperanzada, para ver, aun cuando estén todavía lejos (cfr. Lucas 15, 20), a mis hermanos alejados, a mis hermanos pródigos, que vuelven a Casa. Y correr, con Él y como Él, con el corazón conmovido a su encuentro y ser testigo de ese abrazo reparador, sanador, misericordioso, que tiene prisa por restituir el mejor vestido (cfr. Lucas 15, 22) de ese alma que vuelve a Casa. ¡Y celebrar la fiesta de la eterna Pascua!

"¡En Ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! Repitan sin cesar:
¡Grande es el Señor!, los que aman tu salvación" (Salmo 40, 17)

Y quiero escuchar al Padre que me dice: "Hija, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo" (cfr. Lucas 15, 31). Y sentir que mi corazón se inunda de gozo... Sí, Él siempre está conmigo y yo siempre estoy con Él. Y todo lo suyo (todo su Corazón, su Amor, su ternura, su Misericordia... hasta su misma vida eterna) son míos. ¡Míos... y para siempre!

Todos somos hijos pródigos... todos somos hijos mayores... 
¿Qué lugar escoges hoy junto al Corazón del Padre?

Canción: Todo lo espero de Ti
Música y letra: Pablo Martínez
Artistas invitados: Athenas Vénica y Tobías Buteler.