Por
su parte, Elena prosigue trabajando intensamente por la difusión de la devoción
al Espíritu Santo. Escribe diversos libros sobre el asunto, y envía al Papa
León XIII una Novena de Pentecostés de su autoría, titulada “El Nuevo Cenáculo”.
Tanto hizo por la devoción al Espíritu Santo que, una vez atacada por una
enfermedad mortal, dejó brotar del corazón hacia sus labios esta apasionada y
significativa oración: “Señor, te
ofrezco mi vida y mi muerte por el triunfo del Espíritu Santo”.
El
18 de octubre de 1897 fue recibida por el Papa en una audiencia especial,
recibiendo de él un gran estímulo para continuar en su apostolado por causa del
Espíritu Santo. En esa ocasión, también la autorizó a dar a las religiosas de
su Congregación el nombre de Oblatas del Espíritu Santo, identificándolas así,
de modo más adecuado, al carisma que le es propio en la Iglesia.
El 20 de junio
de 1903 fallece el Papa León XIII. Después de algunos años, grandes
sufrimientos se presentan en la vida de la madre fundadora Elena Guerra. Como
tantas otras figuras de la historia de la espiritualidad cristiana, Elena
también necesitó tomar con coraje su cruz y emprender el camino del calvario.
Fue depuesta de su autoridad por vulgar conspiración de algunas personas
soberbias, pero sobre todo ingratas. Por imposición de la autoridad eclesial
local, tuvo que renunciar públicamente al cargo de Superiora de la
Congregación. Vivió los últimos 7 años de su vida en un verdadero desierto,
aislada de las actividades y de la compañía de sus hijas.
Después
de su muerte, se reveló la tremenda injusticia cometida contra la superiora y
fueron presentadas diversas reparaciones. El Cardenal Lorenzelli, al final de
los trabajos y de la tempestad, exclamó: “Encontramos oro donde creíamos que
había basura, y basura donde creíamos que había oro…”.
Elena
Guerra falleció en Lucca el 11 de abril de 1914 (11 años más tarde del mismo
día y mes en que murió su discípula Gemma Galgani, también en un Sábado Santo),
habiendo convivido con 4 Papas: Gregorio
XVI (1831-1846), Pío IX (1846-1878),
León XIII (1878-1903) y Pío X (1903-1914).
En la siguiente entrada veremos la vinculación de la Beata Elena Guerra con el Papa Juan XXIII y la convocatoria del Concilio Vaticano II.
Canción: Dulce Huésped
Autor: Luis Mauricio
Intérprete: Celines & Luis Mauricio
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