Aprovechemos los regalos que Dios nos hace para librarnos de la tan pesada carga del pecado. De tu santidad nos beneficiamos todos. Así que... ¡sé santo, sé santa! :-)
EL PECADOR
Un hombre fue a confesarse con un sacerdote y le pidió que fuera su intercesor ante Dios, para ver si así dejaba sus pecados y su mala vida. El sacerdote así se lo prometió y así lo hizo; mas como al cabo de algún tiempo no paraba de quejarse de que seguía pecando y no le eran de provecho alguno aquellas oraciones, el sacerdote le dijo:
"Ven y ayúdame a levantar aquel costal de trigo que se le ha caído a esa mula".
Cogió el hombre por un lado y el sacerdote por otro, y cuanto más tiraba el pecador para arriba, más tiraba el sacerdote para abajo.
"¿Cómo lo vamos a levantar de esta manera?", preguntó el hombre.
"Pues igual haces tú, respondió el sacerdote, cuando pido a Dios que te libre de tus pecados, tú sigues tirando hacia abajo".
Esta historia forma parte de la sección HISTORIAS PARA REFLEXIONAR: pequeños textos que he ido encontrando en distintos sitios. A todos creo yo que se les puede sacar una moraleja o una reflexión sencilla para la vida cotidiana. Si os surge una, os animo a dejarla en los comentarios de abajo, para que todos nos podamos enriquecer con ellas :-)