28 febrero 2017

TESTIMONIO - A Jesús por María

Hoy compartimos el precioso testimonio de una amiga que prefiere permanecer en el anonimato. Los que la conocemos sabemos que su vida es para la Gloria de Dios y este testimonio, con su sencillez y humildad, nos habla de la presencia del Señor en su corazón.

A JESÚS POR MARÍA

Este título puede sonar muy típico, pero en la historia que os voy a contar no hay mejor frase que lo pueda resumir.

Nací en una familia en la que mis abuelos eran muy católicos, pero mis padres ya no. Gracias a Dios, me crié con mi abuela, la cual me transmitió su amor a la Virgen, sobre todo a la de nuestra parroquia, la Virgen Dolorosa.

Yo era muy feliz, aunque los niños en el cole se metían mucho conmigo y la familia vivía una gran época de crisis. Pero sólo me duró hasta los 11 años, cuando mi abuela murió.

A partir de ese momento sólo tardé 6 años en desechar cualquier contacto con la fe católica, sucumbí al ambiente anticristiano de mi alrededor y con ello mi ser cambió. Me volví una chica triste, insegura, depresiva, victimista, perfeccionista, popular... Pero mi familia no le daba mayor importancia: la etapa adolescente ya se la pasará.

Pero no fue así, al empezar la carrera mi estado se fue acentuando más y más. Sin embargo, todos los años en Semana Santa acudía puntualmente a acompañar en procesión a la Virgen Dolorosa porque durante lo que duraba esa procesión me sentía la persona más amada del universo.

Terminé la carrera, en época de crisis, por lo que no encontraba trabajo y mi soberbia se fue convirtiendo en desesperación al no poder convertirme en una gran profesional con un gran sueldo (lo que nos prometían en la carrera) y la soledad me inundó.

Pero un día una amiga me invitó a ir a Fátima y, como yo me creía tan liberal, la dije: "¿por qué no?. Viaje barato". Y fue allí donde la Virgen me alcanzó: al pasar a mi lado durante la procesión (a la cual había pasado de participar) me inundó una Paz Interior indescriptible. Y desde ese instante supe que lo único que quería en mi vida era esa felicidad que todas las personas de la peregrinación irradiaban.

Se puede decir que comencé a dar mis primeros pasos en la fe, pero no conocía a Jesús. En realidad me daba miedo por todos los prejuicios que tenía sobre Él. Fueron dos años y medio de lucha intensa y constante conmigo misma de rechazar todas las cosas que me hacían daño, todos aquellos ideales que te vende el mundo para ser "la mujer 10".

Volví a Fátima y al terminar la peregrinación, en la última eucaristía, conocí al Señor. Empecé a llorar como la hija pródiga que vuelve a casa y lo único que quería era adorarle, ¡y ni siquiera sabía qué era eso!

Desde entonces mi único objetivo es buscar la voluntad de Dios en mi vida (mi camino no es la vida religiosa) y os puedo asegurar que merece mucho la pena, es cuando encuentras el tesoro y vendes absolutamente TODO para quedarte con Él. Las cruces y problemas en mi vida no han desaparecido, pero a través de ellas mi amor a Jesús aumenta, y la felicidad y la paz interior nunca han desaparecido.

Permite que Jesús entre en tu vida, que sea Él tu único Maestro. Y si no sabes cómo, pídele ayuda a nuestra Madre.


Canción: No temas
Autor: Jaime Olguín
https://youtu.be/5NsZD3SjlA0?list=PLIquW9Q_oS0AO0zgv5MK2_C1q_4mSB_Dd