HISTORIA DE UNA BUFANDA
Siendo el 24 de agosto del año 2014, en la
parroquia Ntra. Sra. de la Encarnación, en el pueblo de Náquera (Valencia),
algunas personas acudieron a dicha iglesia para participar en el bautismo de
una niña milagro. Su padre mejicano y su madre española, ambos muy creyentes, habían
estado pidiendo a Dios, durante seis años, el regalo de un hijo o hija, que en
este caso ha sido una hermosa niña nacida el 6 de julio del mismo año. Dios,
escuchando los ruegos y atendiendo a los sacrificios de estos esposos, les
concedió el encargo de ser los padres de Gianna.
Poco antes del bautismo, dentro de la Iglesia, a
los pies del sagrario, la tía de Gianna que había venido expresamente desde
México para ser testigo de tan divina celebración, encontró al padrino de la
niña, que es un Misionero Claretiano (sacerdote), orando de rodillas al buen
Dios para que su ahijada, así como sus padres, creciera como testigo del
infinito amor que Él había derramado en todas sus creaturas.
La oración de dicho sacerdote se prolongó por unos
minutos, y fue el tiempo suficiente en el que la tía de Gianna, que llevaba una
temporada un poco revuelta interiormente y casi que enfadada con Dios, al
observarlo, experimentara un vuelco en el corazón reconociendo que el Señor escucha
a los que se fían de su misericordia (“de la abundancia del corazón, hablan los
labios” - Lc 6, 45). Aquella imagen le tocó de un modo inesperado su existencia
y mucho de lo que deambulaba en su interior se volvió a resituar a los pies del
Señor, que en breve le diría a su sobrina que por el bautismo empezaría a ser
reconocida como su hija amada, en quien se llena de gozo (Cf. Mt 3, 17)
A raíz de aquella escena, inesperada, y en la que
no hubo palabras, sólo Dios hecho visible en su ministro, Maripy empezó a amar
mucho más a todos los sacerdotes, así que puso a pensar en la manera de
agradecer y cuidar a quienes han sido llamados para dicha tarea: acercar a
todos los hombres y mujeres al amor del Buen Padre Dios.
Lo primero que se le ocurrió fue orar, orar sin
desfallecer, para que ningún sacerdote se pierda o se sienta solo. Orar por el
sacerdote que sin decir palabra le había hablado al corazón en nombre de Dios.
Desde aquel momento, la oración se ha convertido en una constante muy
importante en su vida y esto la ha ayudado a vivir de un modo nuevo con su
familia (con un esposo y dos hijos, también milagros de Dios)
Lo segundo a lo que estuvo dándole vueltas en su
mente y en su corazón fue el intentar materializar tanto el amor como la
oración, así que se puso manos a la obra y empezó a aprender a tejer una
bufanda. Una prenda de vestir muy común y necesaria durante las temporadas de
frío. Lo que no tiene nada de común es que en cada puntada Maripy ha rezado un
Ave María por el sacerdote que portará dicha prenda de vestir (¿cuántas
puntadas puede haber en una bufanda?). Al juntar tantas puntadas y tantas
plegarias a la Madre del Cielo, el resultado viene siendo una bufanda que
abriga al sacerdote y lo protege de los ataques del enemigo.
Aquella bufanda ha dejado de ser una prenda común de
vestir y se ha convertido en una hermosa expresión de entrega y amor por los
ministros de Dios. Sí, he dicho bien, “por los ministros de Dios”, pues desde
aquel día ya ha tejido tantas bufandas que muchos sacerdotes han dejado de
tener frío, y la confianza en la oración los está fortaleciendo en todo
momento.
¿Quién se iba a imaginar que una sencilla oración
de rodillas, delante del sagrario, se iba a convertir en tanto amor hecho
visible acompañando y protegiendo a un pequeño hombrecillo, padrino de una niña
milagro? (su historia hay que escuchársela a sus padres) Así es, una sencilla
oración se ha convertido en la multiplicación de oraciones por tantos y tantos
sacerdotes necesitados del amor y la protección del pueblo al que han sido
consagrados, por amor al Amado.
Gracias Padre, por acoger la
oración de tu pueblo.
Gracias Señor Jesús, por traer
armonía y paz a los corazones inquietos.
Gracias Espíritu Santo, por
hacernos entrar en comunión de hermanos.
¡Bendito seas por siempre Señor!
Gracias Santísima Virgen María,
por no desamparar a tus hijos predilectos.
Por cierto, seguramente se preguntarán qué
relevancia tiene la fecha del 24 de agosto, memoria de San Bartolomé, Apóstol.
Es muy sencillo. El día del segundo nacimiento de Gianna, por el bautismo,
también se ha convertido en un día para ser recordado como signo de un nuevo
nacimiento para Maripy y para el P. Abel. Pues sólo en el encuentro con el
Maestro reencontramos el sentido de nuestra vida:
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien
escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo
de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó: «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita
de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo
de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de
Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera,
crees? Has ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo
abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.» (Jn 1,
45-51)
¡Todo para la
gloria de Dios!
Canción: Junto a la cruz
Autor: P. Gonzalo Mazarrasa (intérprete: Ana Moya)