16 enero 2017

TESTIMONIO - Dios está conmigo y es mi sustento

Hoy compartimos el testimonio de Jumi Bernal, hermano de la Renovación Carismática de Murcia. Nos va a hablar de su encuentro con este Dios nuestro que siempre se cuida de nosotros y que conoce bien nuestras necesidades.


DIOS ESTÁ CONMIGO Y ES MI SUSTENTO

Después de 10 años de noviazgo, Pedro y Josefa (mis padres) decidieron unirse en matrimonio y además tener familia numerosa, porque a los dos les encantan los niños. Durante casi 9 años lo estuvieron intentando, incluso con ayuda médica. Y, ¿qué creen? Cuando ya habían perdido la esperanza, cuando ya abandonaron la medicación para favorecer la fecundidad, cuando ya tenían decidida la decisión de adoptar, Dios, nuestro Dios, les dio el regalo que estaban esperando.

Un 20 de diciembre, Dios les concedió tener un hijo (yo). Por ese motivo, desde entonces mis padres siempre han tenido claro que el hijo no es de ellos. sino que es de Dios y que ellos son su instrumento.

Pero, además, Dios no es sólo el que me dio la vida, sino que es el sustento de mi vida. Hace 5 años me decidí a echar currículums en páginas web como infojobs, buscotrabajo y cosas parecidas. De una de ellas me llamaron y a los dos días de hacer la entrevista entré de Jefe de Contabilidad con un contrato a prueba de 3 meses. A los 3 meses me lo renovaron por otro de 6 meses. Este sueldo lo dedicaba a ayudar económicamente en mi casa, porque mis padres se habían esforzado en darme la carrera que hoy tengo y yo no podía nada más que agradecérselo colaborando de esta manera con los gastos del hogar.

Dos días antes de un retiro de mis hermanos de Cartagena, cuando vencía mi contrato de 6 meses, me despidieron. No por mi actitud, sino porque entonces mi jefe tenía la costumbre de no hacer fijo a nadie. Yo fui al retiro hundido, porque volvía a estar en deuda con mis padres, porque ya no tendrían esa ayuda que les estaba aportando mi nómina. Pero Dios es GRANDE EN TODO. En ese retiro yo puse mi situación en manos de Dios y durante la intercesión, y en medio de la alabanza, una voz profética dijo: "un joven viene preocupado porque no tiene trabajo. Dios te dice: tranquilo, tú pronto tendrás trabajo". Yo pensé lo que todos: "a mí no es, porque este salón de actos está lleno de gente como yo, con la crisis que hay, ya te digo..."

De camino a casa me sonó el móvil. Era un conocido al que le había llegado mi curriculum hace muchos meses, pero que lo había guardado hasta el momento. Su yerno había montando una empresa recientemente y buscaba una persona de su confianza para llevar la gestión de la empresa. Y, ¿adivinan qué? Ese era yo. Desde entonces estoy trabajando en esa empresa y todo han sido subidas y bajadas, pero Dios está conmigo y es mi sustento. Es más, hubo un ERE en la empresa y mi confianza se tambaleó, porque yo era el último en entrar a la empresa y tenía todas las papeletas para salir de ella. Sin embargo, Dios me dijo: "tranquilo, este trabajo te lo he dado yo". Y, efectivamente, despidieron a mi compañera aún siendo la hija de uno de mis jefes, y yo sigo en la empresa.

Por otro lado, mientras mi trabajo se solucionaba, el de mis padres empeoraba. Con la crisis muchos clientes hicieron suspensión de pagos, con lo que me vi obligado a cerrar la empresa. Así, a mi madre la tenía con baja por enfermedad sin cobrar y a mi padre en el paro, pero sin cobrar también. Pasamos así mucho tiempo y un día, cuando estaba todo difícil, yo acabé mi carrera, a mi padre le dieron el alta en una empresa para que siguiera cotizando y así tener una jubilación, y a mi madre le concedieron la minusvalía, por lo que cobra algún dinerillo.

La tranquilidad poco nos duró. A unos días de acudir a un retiro de jóvenes, mi abuela falleció. Y, además, nos llegó una carta en la que se nos informaba que, por la situación de impagos de la empresa familiar, me embargaban las cuentas y los bienes podrían salir a subasta pública. Por ese motivo llegué al retiro desolado, a pedir al Señor un poco más de estabilidad.

Fue en el momento de la adoración cuando, como no sentía gran cosa, probé a acercarme a la intercesión y Dios se bastó de mis hermanas Mayca y Clara, las cuales me dijeron: "tú estás en un puente de los de la jungla, la unión de las maderas colgadas por las cuerdas al borde de un precipicio. Estás a medio camino de la otra orilla, en la que yo, tu Dios, te espero con los brazos abiertos. Las cuerdas son tus ángeles y los santos, que te llevan en volandas hacia mí. Y las maderas son tus momentos de fe. Si tú dudas, la madera se parte, pero si tú confías, das un paso más". Por esto, y junto a la oración y el abrazo de las hermanas, salí muy fortalecido.

Por todo esto, os animo a poner en manos de Dios vuestras preocupaciones, no importa las que sean, porque Dios te dará las fuerzas necesarias para llevarlas. ¡Recuerda!, Dios es BUENO, JUSTO, LISTO Y TODOPODEROSO, por lo que nunca tendrás una cruz que no puedas llevar. ¡Sólo CONFÍA EN ÉL!

Canción: Tu fidelidad
Autor: Marcos Witt
https://youtu.be/vGaWSKk6DdY?list=PLIquW9Q_oS0AO0zgv5MK2_C1q_4mSB_Dd