24 noviembre 2016

Preparándonos para el Adviento (3ª parte y final)

Como confirmación de la fe de la Iglesia, el Señor quiso ofrecer al mundo, en 2008, una nueva prueba de su amor mediante otro milagro eucarístico que presenta características muy parecidas al del milagro de Buenos Aires.

El 12 de octubre de ese año, el padre Jacek Ingielewicz estaba celebrando Misa en la iglesia de San Antonio de Padua, en Sokólka (Polonia), en presencia de 200 personas. Durante el reparto de la Comunión, una forma cae al suelo. El padre Jacek la recoge y la pone en un pequeño vaso litúrgico de plata que llena de agua para que la sagrada forma se disuelva; luego, lo deposita en una caja fuerte de la sacristía. De hecho, después de que una sagrada forma se haya disuelto por completo, el Cuerpo de Cristo ya no está presente.

Informado por el padre Jacek, el padre Stanislaw Gniedziejko, que es el párroco, deja el recipiente en la caja fuerte durante dos semanas, constatando entonces que, no solamente la sagrada forma no se ha disuelto en el agua, sino que ha aparecido algo que recuerda una mancha de sangre. "Estaba conmocionado y no sabía qué pensar de aquello - afirmará el padre Stanislaw -; me temblaban las manos cuando cerré la caja fuerte y apenas podía hablar".

Decide entonces referir el caso al metropolitano de Bialystok , la ciudad vecina, Monseñor Edward Ozorowski. Cuando éste acude a Sokólka, le enseñan la sagrada forma que han depositado en un corporal, viendo allí, además de una mancha de sangre, una cosa que se asemeja a una substancia orgánica. Es de constitución parecida - comenta el padre Jacek, a la de los tejidos que "muchos de nosotros hemos analizado en nuestras clases de biología".

El 5 de enero de 2009, el obispo pide a dos profesores de medicina de la Universidad de Bialystok, María Elizabeth Sobaniec-Lotowska y Stanislaw Sulkowski, que efectúen un análisis de un fragmento de la sagrada forma. Ambos han trabajado en el campo de la histopatología durante más de treinta años. El padre Andrzej Kakareko, canciller de la curia metropolitana de Bialystok, entrega a cada uno de los expertos una muestra de la sagrada forma. El estudio se lleva a cabo en el Instituto de Patología de la Universidad. Cuando las muestras fueron separadas, la parte que permanecía intacta de la sagrada forma quedaba íntimamente unida al tejido por analizar, sin haber perdido nada de su blancura. Los dos especialistas, después de haber trabajado separadamente, llegaron a la misma conclusión: lo que les habían entregado procedía del tejido de un músculo cardíaco humano todavía vivo, pero en el momento de la agonía. El profesor Sulkowski declaró haber observado la presencia "de numerosos indicadores típicos biomorfológicos de los tejidos del músculo cardíaco", así como daños visibles en forma de pequeñas rupturas de las fibras del tejido. Y añadió: "Esos daños solamente pueden observarse en fibras vivas y son señales de espasmos rápidos del músculo cardíaco en el período que precede a la muerte".

La profesora Sobaniec-Lotowska confirmó lo siguiente: "Se trata del tejido del músculo cardíaco en vida". Después de reflexionar, manifestó su estupefacción ante el hecho de hallar un tejido vivo después de haber sido separado del organismo del que formaba parte, manifestando que se trataba de "¡un fenómeno increíble!". Y dio una explicación: "Durante mucho tiempo, la sagrada forma ha estado sumergida en el agua, y luego se depositó sobre el corporal; en consecuencia, el tejido debería haber sufrido el proceso "de asfixia", pero ello no se ha observado en nuestros análisis... El estado actual de los conocimientos en biología no nos permite explicar científicamente ese fenómeno".

La profesora, muy intrigada igualmente por la relación del tejido cardíaco con la hostia consagrada, declaró que "ese fenómeno extraordinario de la inter-absorción del tejido del músculo cardíaco y de la sagrada forma, observado tanto al microscopio como mediante transmisión electrónica, prueba que no ha podido tener lugar ninguna intervención humana sobre la muestra". De hecho, la estructura de las fibras del miocardio y la estructura del pan están en este caso tan estrechamente relacionadas que no puede admitirse que ninguna intervención humana lo haya realizado (cf. declaración de la profesora M.E. Sobaniec-Lotowska en el informe "El milagro de la Eucaristía de Sokolka", Lux Veritatis, 2010)

Por otra parte, la sangre de la sagrada forma posee las mismas características que la de la Sábana Santa de Turín y la del milagro de Lanciano (grupo AB)

Después de haber obtenido los resultados de los análisis, el arzobispo informa de ello al nuncio apostólico en Varsovia, quien transmite el expediente a Roma para su examen. En septiembre de 2009, el público, que ha tenido conocimiento del informe de los dos expertos, empieza a acudir a Sokolka desde todas partes de Polonia, pero también desde Bielorrusia y Lituania. En la propia Sokolka, se constata un aumento inmediato de la devoción a la Sagrada Eucaristía. Las gentes acuden a rezar a la iglesia por las familias rotas, por los hijos que abandonan la fe, por la obtención de las curaciones... Después de haber declarado oficialmente que el tejido visible en la sagrada forma es realmente milagroso, Monseñor Ozorowski la coloca en una custodia para la devoción de los fieles en una capilla de la iglesia de San Antonio.

Demos gloria a Dios por estos tres milagros relacionados entre sí.


Hoy en el vídeo no os pongo una canción, sino información sobre otro milagro eucarístico ocurrido en España durante la Guerra Civil, en la población de Moraleja de Enmedio (Diócesis de Getafe, cerca de Madrid)

Artículo "Hostias como recién hechas... desde 1936":
http://www.alfayomega.es/20972/hostias-como-recien-hechas-desde-1936

Vídeo: Prodigio eucarístico de Moraleja de Enmedio
https://www.youtube.com/watch?v=dfisPYutiPg