29 septiembre 2016

Novena a San Francisco de Asís - Día 5

“San Francisco, un hombre reconciliado con la naturaleza

Oración inicial

ORACIÓN ANTE EL CRUCIFIJO DE SAN DAMIÁN [OrSD] 

¡Oh alto y glorioso Dios! 
Ilumina las tinieblas de mi corazón 
y dame fe recta, esperanza cierta, caridad perfecta,
 sentido y conocimiento, Señor, 
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

Lectura tomada de los Escritos de san Francisco:

"Su espíritu de caridad se derramaba en piadoso afecto, no sólo sobre hombres que sufrían necesidad, sino también sobre los mudos y brutos animales, reptiles, aves y demás criaturas sensibles e insensibles.

Pero, entre todos los animales, amaba con particular afecto y predilección a los corderillos, ya que, por su humildad, nuestro Señor Jesucristo es comparado frecuentemente en las Sagradas Escrituras con el cordero, y porque éste es su símbolo más expresivo. Por este motivo, amaba con más cariño y contemplaba con mayor regocijo las cosas en las que se encontraba alguna semejanza alegórica del Hijo de Dios.

De camino por la Marca de Ancona, después de haber predicado en la ciudad de este nombre, marchaba a Osimo junto con el señor Pablo, a quien había nombrado ministro de todos los hermanos en la dicha provincia; en el campo dio con un pastor que cuidaba un rebaño de cabras e irascos. Entre tantas cabras e irascos había una ovejita que caminaba mansamente y pacía tranquila.

Al verla, el bienaventurado Francisco paró en seco y, herido en lo más vivo de su corazón, dando un profundo suspiro, dijo al hermano que le acompañaba: «¿No ves esa oveja que camina tan mansa entre cabras e irascos? Así, créemelo, caminaba, manso y humilde, nuestro Señor Jesucristo entre los fariseos y príncipes de los sacerdotes. Por esto, te suplico, hijo mío, por amor de Cristo, que, unido a mí, te compadezcas de esa ovejita y que, pagando por ella lo que valga, la saquemos de entre las cabras e irascos»." (Vida primera según Celano, nº77)

Reflexión

Este relato nos revela el inmenso amor de Francisco por toda la obra de Dios; este amor así vivido representó en su tiempo algo radicalmente sorprendente y nuevo. Fue una experiencia que comunicaba al hombre directamente con lo divino.

Francisco logra ver, de una manera asombrosa, en toda la Creación la belleza que Dios había impreso en cada espacio del universo. Para Francisco la realidad entera, participante de idéntico origen y dignidad, estaba a su misma altura, todas las creaturas, sin distinción recibían el nombre de hermanas, inclusive el hombre leproso en su carne o en sus ideas, el hereje o infiel.

Esta mirada contemplativa sobre la Creación en Francisco es consecuencia del despojo de toda sed de dominio y de poder. Francisco vive pobre y es pobre, ama la vida y todo lo que hay en la vida con una infinita ternura. En él no hay espacio para la destrucción y la explotación de la obra creada por Dios.

De un corazón simple y pobre brotan la ternura y la simpatía, y a través de ellas se contempla la presencia de Dios en medio nuestro. El mundo para Francisco es una gran ventana donde se puede observar a Dios.

Canción: Laudato Si
Autor: Marco Frisina
https://www.youtube.com/watch?v=bbOWFPJiNm8