23 febrero 2016

"Spoilers" de la vida

El pasado Domingo se leyó el Evangelio de la Transfiguración. Tuve la oportunidad de asistir a una Eucaristía dirigida principalmente a los niños. El sacerdote preguntó a toda la asamblea si alguien podría decirle qué es un "spoiler" y un chaval contestó: "destripar una película".

La Transfiguración es un "spoiler" de lo que será nuestra vida eterna con Cristo. Jesús, subido al Monte Tabor, "destripa" a los suyos lo que ocurrirá después de los días de su Pasión y su Cruz. Ante el escándalo de la cruz, Jesús tiene Misericordia de los suyos y les muestra "el final de la película", la Gloria que tiene junto al Padre y que es una promesa para ellos.

En estos días transcurridos de Cuaresma, el Señor ha ido poniendo ante mí distintas oportunidades para ver cuán maravillosa es su Gloria y cuán lejos está mi humanidad de alcanzarla. Como Pedro, me asombro ante Dios y mi corazón admirado sólo anhela poder contemplarlo y gozar de su Presencia, rendida a sus pies.

Veo mi humanidad caída y mendigo Misericordia porque me veo incapaz de vivir la "perfección en el Amor" a la que Él nos invita. Pero miro el horizonte con esperanza, porque sé que la victoria es siempre suya. Que Él puede hacer milagros con este pobre barro, indócil tantas veces. Porque, una vez más, el santo no es el que nunca cae, sino el que siempre se levanta y lo intenta de nuevo.

Así que... allá voy, Señor, detrás de ti "mar adentro", allá donde mis pies nunca han caminado. Porque has regalado a mi corazón ver "el final de la película", me has dado "retazos-spoilers" de lo que será estar en tu Presencia en la eternidad. Y no hay nada más por lo que merezca la pena vivir.

Porque "la Cuaresma es un tiempo propicio para realizar un camino de conversión que tiene como centro la Misericordia" (Papa Francisco, 21-02-2016)

Allá voy, mar adentro, camino hacia la Pascua, a resucitar contigo y en ti. Vivo en la promesa.


Canción: Océanos
Intérprete: Hillsong
https://www.youtube.com/watch?v=wGAWXnvKUvY



07 febrero 2016

¿Quién debe dar las gracias?

Esta mañana he tenido la oportunidad de ir al comedor de una obra social. Era la primera vez que iba a este comedor en concreto. No es la primera vez que hago cosas así en mi vida, pero como el corazón va creciendo y cambiando, sí que he podido vivirlo como algo nuevo.

Mientras servía el café y reponía los bollos, observaba cómo todos aquellos que tenía frente a mí nos daban las gracias. Incluso uno de ellos ha empezado a alabar que pasáramos nuestro tiempo sirviéndolos. Pero realmente creo que somos nosotros quienes debemos darles las gracias. Al menos yo.

Gracias por sacarnos de nuestro ombligo, de nuestra comodidad y nuestra zona de confort. Por ayudarnos a vivir el mandato evangélico de lavarnos los pies unos a otros. Por hacernos sentir tan inútiles y pequeños ante tanto coraje y valentía como ellos muestran para seguir adelante y luchando día a día, aun cuando las cosas las tengan tan difíciles, mientras que nosotros lo tenemos todo y nos quejamos de nimiedades. Gracias por hacer tan palpable el amor que se concreta en lo pequeño.

Cuando me he montado en el coche para volver a casa, han pasado a mi lado algunos de ellos. Y he pensado en su frío al viento, con su bolsita llena de esos "tesoros" que "nosotros" les hemos "dado" (??), mientras yo estaba calentita en el coche, sentada leyendo wasap... Y no paraba de pensar: ¿Acaso no soy yo quien debería darles las gracias a ellos? Porque yo lo tengo todo pero ellos me enseñan a vivir...

Hacen cola humilde y pacientemente, para recibir de nuestras manos las sobras que otros han dado. ¿Y encima nos dan las gracias? ¿Quién enseña humildad y simplicidad a quién? ¿Quién es el rostro de Cristo para quién?

Somos hombres/mujeres de labios impuros en medio de un pueblo de labios impuros (cfr. Isaías 6, 5)... pero el Señor nos toca con su Espíritu y nos hace dignos, y nos quita nuestra culpa, nos perdona nuestro pecado (cfr. Isaías 6, 6-7). Y nos escoge para su servicio (cfr. Isaías 6, 8)

Somos como un aborto (cfr. 1 Corintios 15, 8), sin vida alejados de la Vid (cfr. Juan 15, 5), pero Él se nos hace presente (cfr. Hechos 9, 1-15) y nos cuenta entre el número de sus escogidos (cfr. 1 Corintios 15, 10)

Somos miseria y pecado, que sólo merece que Cristo se aleje de nosotros. Pero miseria y pecado redimidos, porque sale a nuestro encuentro una y otra vez, nos levanta cada segundo de nuestra vida; nos invita a no tener miedo porque Él es Misericordia siempre a nuestro lado y a remar más, mucho más adentro (cfr. Lucas 5, 1-11). Cada día más...

Porque somos nosotros los llamados y escogidos, es Él quien nos llama e invita (cfr. Juan 15, 16). Así que... ¿quién debe dar las gracias a quién...?


Canción: En tu nombre
Autor: Jonathan Narvaez
https://www.youtube.com/watch?v=w6NBWEl4eYA