Al entrar en la plaza y verles, lo primero que pasó por mi cabeza es la llamada continua que nos está haciendo el Papa Francisco de volcar nuestra atención y cariño hacia los pobres.
En uno de esos bancos había un chico sentado, de mediana edad. Y una mujer, más mayor, estaba de pie hablando con él y portando las bolsas de la compra.
Al pasar a su lado escuché a la mujer preguntarle al chico por otro que no estaba ahí. Él contestó que tenía a alguien en su vida, su mujer, y no estaba solo como él, así que ese día estaba con ella y no acompañándole en el banco. Y la mujer mayor contestaba cuando ya me iba: "es que como siempre os veo juntos, me he preocupado al no verle".
Y al seguir andando se me ocurrió pensar: ¿esta mujer habrá escuchado o leído al Papa Francisco? No sé si lo habrá hecho o no, pero tengo la certeza de que esta mujer lleva en su corazón, en lo más profundo, a Cristo pobre entre los pobres.
Los cristianos estamos llamados a ir contracorriente. Es algo que muchas veces hemos oído, pero no sé hasta qué punto, de tanto hacerlo, hemos dejado de escucharlo y vivirlo. Y realmente en este mundo, si de verdad vivimos como Cristo, somos realmente los "raritos" y los "contracorriente". Afortunadamente el Espíritu Santo, que es muy sabio, nos ha puesto al frente de nuestra Madre Iglesia a un pastor que nos recuerda lo más esencial de nuestra fe. Eso que de tanto oírlo... hemos olvidado escucharlo y vivirlo...
"Y esto se llama tocar la Carne de Cristo: ¡los pobres, los abandonados,
los enfermos, los marginados son la Carne de Cristo!" (Papa Francisco, 12 mayo 2013)
Esta mujer, al lado del banco de un pobre, lo sabe bien... Y ella no es anónima, es bien conocida: por los pobres y por la Carne de Cristo en ellos.
Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=CUcm8-4ooHc